Convertirse en un científico de la ciudad: cómo dibujar espacios urbanos con datos

La ciencia de la ciudad, una profesión en rápida expansión, conforma el estudio científico y la ingeniería de los sistemas urbanos. Utiliza tecnologías avanzadas, big data y la física de sistemas complejos para abordar desafíos como la descarbonización, la movilidad y la habitabilidad. En su núcleo, la ciencia urbana se trata de soluciones basadas en datos. Emplea estadísticas, modelado e inteligencia artificial para revelar las dinámicas ocultas de las ciudades, desde el uso de energía hasta el movimiento humano. Además, recurre a estrategias que reducen las emisiones de carbono, mejoran la eficiencia y fomentan entornos urbanos más sostenibles y resilientes.

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La ciencia urbana ve a la ciudad como un sistema vivo, ampliando los modelos tradicionales de composiciones de edificios y calles. Construye modelos de rendimiento unificados que miden el impacto social, económico y ambiental de las intervenciones. Integra la planificación del transporte con el uso del suelo, analiza redes de conexiones y prueba políticas a través de simulación. Opera a escala comunitaria, creando herramientas hiperlocales que permiten a los barrios y gobiernos locales tomar decisiones informadas. El objetivo no es una teoría abstracta, sino estrategias prácticas que mejoran la vida cotidiana.

Este enfoque ya está moldeando ciudades en todo el mundo. El grupo de Ciencia de la Ciudad en el MIT Media Lab está desarrollando nuevas formas de modelar el rendimiento urbano y la resiliencia climática. Los Laboratorios de Ciencias de la Ciudad en Bolonia y Andorra están aplicando la física de sistemas complejos y análisis de datos para guiar transiciones sostenibles. Empresas más pequeñas están creando herramientas y estrategias para la descarbonización y la eficiencia urbana. Juntos, estos ejemplos demuestran una disciplina que está creciendo rápidamente, con la que los arquitectos/as y estudiantes deberían involucrarse. Para los diseñadores, la ciencia de la ciudad es un socio que puede expandir la creatividad, fundamentar el diseño en evidencia y dar forma al futuro de cómo construimos y vivimos.


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Sensores remotos: los satélites como herramientas de diseño

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Ciudad de México. Imagen © Alex González / Dronalexmx

La teledetección, una herramienta vital en la ciencia urbana, transforma corrientes de imágenes y señales en un retrato completo del paisaje urbano. Los satélites, drones y sistemas aéreos recogen datos a una escala que es tanto global como íntima, proporcionando a los arquitectos/as información espacialmente detallada y frecuentemente actualizada. Esta herramienta práctica permite el seguimiento del crecimiento, la medición de factores ambientales y la evaluación de riesgos, empoderando a los profesionales de la arquitectura para tomar decisiones de diseño informadas.

Una de sus contribuciones clave es el monitoreo del uso del suelo y la cobertura terrestre. La teledetección revela cómo se consume la tierra abierta, cómo se densifican los barrios y cómo estos cambios alteran la estructura de la ciudad. Esto va más allá de la cartografía. Se trata de leer la morfología de la forma urbana y los patrones que emergen con el tiempo. Para los diseñadores, proporciona una conciencia más aguda del contexto, permitiéndoles entender no solo el sitio, sino también las dinámicas más amplias que lo influyen. Por ejemplo, puede ayudar en la selección del sitio para un nuevo proyecto, entender el impacto del proyecto en el área circundante e incluso en diseñar estructuras que sean resilientes a los cambios ambientales.

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Las Palmas, Islas Canarias. Imagen © Drone photo by @sebastien.nagy

Los sensores remotos también capturan lo que no se puede ver desde el suelo. Pueden medir las temperaturas de superficie en toda un área metropolitana, haciendo visible el efecto de isla de calor urbano. Pueden monitorear la calidad del aire, detectar partículas en suspensión e incluso identificar encharcamientos durante las temporadas de lluvia. Pueden cuantificar el equilibrio entre superficies construidas y espacios verdes, proporcionando a los arquitectos/as evidencia clara para estrategias sostenibles. De esta manera, la teledetección se vincula a la salud del medio ambiente.

Su importancia se vuelve aún más visible en momentos de crisis. Después de inundaciones, terremotos o huracanes, los satélites proporcionan evaluaciones en tiempo real de los daños. Esta capacidad da forma a la respuesta ante desastres, pero también muestra cómo el diseño y la planificación pueden preparar a las ciudades para futuros riesgos. Al interactuar con estos datos, los arquitectos/as pueden crear proyectos que no solo sean funcionales, sino adaptativos.

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Samarcanda, Uzbekistán. Imagen © Created by @overview Source imagery: @maxartechnologies

El poder de la teledetección crece exponencialmente cuando se combina con Sistemas de Información Geográfica (SIG) e inteligencia artificial. Los SIG integran datos espaciales con información social y económica, produciendo modelos en capas de sistemas urbanos. La IA puede procesar automáticamente conjuntos de datos masivos, detectar patrones e incluso modelar escenarios futuros, como el impacto del cambio climático en el crecimiento. Juntas, estas tecnologías transforman la teledetección en una herramienta orientada al futuro, permitiendo a los arquitectos y arquitectas diseñar con una visión aguda del futuro.

Para arquitectos/as y estudiantes, la lección es clara. La detección remota ofrece conocimientos confiables y actuales que pueden fundamentar el diseño en evidencia. Invita a mirar más allá del límite de un proyecto y entender cómo su trabajo interactúa con los sistemas más grandes de la ciudad. El futuro de este campo radica en la automatización y la fusión de datos, lo que permite la extracción de conocimientos de múltiples fuentes en una imagen cohesiva y unificada. Adoptar la teledetección es aceptar un nuevo punto de vista, uno que expande la imaginación sobre lo que el diseño puede lograr.

Análisis de redes: encontrar lógicas ocultas en calles y sistemas

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Agora Maximus, Tactical Urbanism Project - LAAB Collective + Signature Design Communication. Imagen © Raphaël Thibodeau

Las ciudades son redes de conexiones. Calles, líneas de transporte, servicios públicos y redes digitales unen a las personas y los lugares. Bajo la superficie, redes sociales y flujos de información vinculan a las comunidades de maneras invisibles. El análisis de redes es la ciencia de dar sentido a estas redes. Aplica la teoría de grafos y el pensamiento de sistemas complejos para medir cómo funcionan las ciudades como redes interconectadas.

El proceso comienza con datos. Las redes de calles pueden ser extraídas de fuentes abiertas y modeladas como gráficos donde las intersecciones son nodos y las calles son bordes. Los datos de movilidad humana de GPS, sensores o incluso redes sociales pueden revelar cómo las personas se mueven realmente por la ciudad. Las interacciones sociales pueden ser mapeadas para ilustrar cómo se conectan las comunidades y cómo se difunden las decisiones a través de ellas. Estos conjuntos de datos crean un marco que permite estudiar la ciudad como un organismo físico y social.

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Buenos Aires, Argentina. Imagen © Juan Pablo Mascanfroni via Unsplash CC Licence

Una vez modeladas, las redes pueden ser exploradas con herramientas especializadas. El software SIG, como QGIS, ayuda a visualizar y filtrar los datos de la red. Programas como OSMNX, NetworkX y Gephi transforman información cruda en modelos de teoría de grafos, generando conocimientos sobre conectividad, accesibilidad y flujo. Algoritmos avanzados pueden analizar la movilidad, detectar grupos de actividad o rastrear la evolución de los sistemas a lo largo del tiempo. A través de este análisis, la estructura oculta de la ciudad entra en foco.

Indicadores clave guían la interpretación. La conectividad mide cuán bien se sostiene la red. La centralidad destaca los nodos críticos que llevan un peso desproporcionado en movilidad o acceso. La accesibilidad calcula cuán fácilmente las personas pueden alcanzar destinos, a menudo expresada en mapas de tiempo de viaje. El flujo cuantifica el movimiento de personas, bienes e información. Cada métrica revela una dimensión distinta de la vida urbana, y juntas forman una imagen más completa de la vida urbana.

Para los profesionales de la arquitectura, las implicaciones son profundas. El análisis de redes puede informar el diseño de infraestructura, haciéndola más eficiente y equitativa. Puede conectar la planificación del uso del suelo con los patrones de movilidad, explicando por qué algunas áreas florecen mientras que otras estancan. Puede vincular la vitalidad urbana a la conectividad de calles, mostrando cómo el diseño influye en la energía social y económica. También apoya la sostenibilidad guiando estrategias de movilidad que reducen el impacto ambiental. Al comprender y aprovechar los conocimientos del análisis de redes, los arquitectos/as pueden crear ambientes urbanos más habitables, eficientes y sostenibles.

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Bolesława Limanowskiego, Cracovia, Polonia. Imagen © Image via Wikipedia user: Matlin. License under CC BY 2.0. Image Author: Guido

El alcance del análisis de redes se extiende más allá de lo físico. Al mapear redes sociales, los planificadores pueden diseñar procesos participativos que mejoren la colaboración y la inclusión. A escalas más grandes, analizar redes interurbanas puede revelar jerarquías regionales y guiar el desarrollo económico. Para los diseñadores, esto significa pensar en las ciudades no solo como formas construidas, sino como redes vivas de relaciones y flujos.

La promesa del análisis de redes radica en su capacidad para descubrir lógicas ocultas. Demuestra por qué ciertas calles palpitan con vida mientras que otras permanecen vacías. Explica por qué algunos sistemas colapsan bajo estrés mientras que otros se adaptan. Para arquitectos/as y estudiantes, adoptar esta perspectiva significa diseñar con conciencia de cómo el entorno construido moldea y es moldeado por la conexión. Transforma el diseño en un diálogo con las redes que sustentan la vida urbana.

Modelado de transporte: simulación del movimiento

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El papel de la movilidad urbana en la provisión de accesibilidad. Imagen Cortesía Copenhagenize Design Company

Si el análisis de redes muestra la estructura de las ciudades, el modelado de transporte revela cómo se mueven. En su núcleo, el modelado de transporte es una representación digital de cómo las personas y los bienes viajan dentro de un área urbana. Utiliza software especializado y grandes conjuntos de datos para simular flujos de tráfico, pronosticar la demanda y evaluar el impacto de diversas políticas o cambios de infraestructura en la movilidad. Para arquitectos y planificadores, es una herramienta predictiva que conecta el diseño con la experiencia del mundo real.

La base del modelado de transporte es el "modelo de cuatro pasos". Comienza con la generación de viajes (cuántos viajes se originan), continúa con la distribución de viajes (a dónde van esos viajes), luego analiza la elección del modo (cómo viajan las personas, ya sea en auto, autobús, bicicleta o a pie), y termina con la asignación de rutas (qué caminos toman). Esta secuencia construye una imagen del movimiento urbano y puede ser adaptada para evaluar el impacto de nuevas viviendas, proyectos de transporte o expansiones de carreteras.

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Tuk-tuks en Maha Rat St., Bangkok, Tailandia. Imagen © Image via Wikipedia user: Poco a poco. License under CC BY-SA 3.0

Lo que hace que el modelado de transporte sea especialmente valioso es su integración con el uso del suelo. No solo mide el tráfico; muestra cómo los patrones de desarrollo, los centros de empleo y la distribución de la población influyen en la movilidad. Al realizar análisis de escenarios, los científicos de la ciudad pueden probar opciones antes de que ocurran: ¿Qué pasaría si se construye una circunvalación? ¿Qué pasaría si se extiende una línea de transporte? ¿Qué pasaría si se rediseña un barrio para favorecer caminar y andar en bicicleta? Las respuestas revelan no solo cómo cambian los tiempos de viaje, sino cómo responden la congestión, las emisiones y la forma urbana.

Las implicaciones para el diseño son significativas. El modelado de transporte puede mejorar la movilidad al reducir la congestión y mejorar la accesibilidad. Puede promover la sostenibilidad al cuantificar los impactos ambientales, particularmente las emisiones de CO2, y al apoyar planes para la movilidad activa y calles más verdes. Puede guiar las inversiones en infraestructura al mostrar dónde los recursos tendrán el mayor impacto. Y, en última instancia, puede hacer que las ciudades sean más habitables al centrar el movimiento en torno a las personas en lugar de los autos.

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Subte de Nueva York. Imagen Cortesía de CityID

Para arquitectos/as y estudiantes, el modelado de transporte proporciona un medio para integrar el diseño con la movilidad, el uso del suelo y la sostenibilidad. Sirve como un recordatorio de que cada proyecto existe dentro de un sistema más amplio de flujos, y que el éxito de un espacio a menudo depende de cuán fácilmente las personas pueden acceder a él. Al trabajar con científicos de la ciudad que modelan el transporte, los diseñadores obtienen conocimientos que les ayudan a crear no solo edificios, sino mejores ciudades.

De los datos colaborativos a los modelos de simulación: enfoques adicionales para la ciencia urbana

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Análisis Solar, Autodesk Forma. Imagen Cortesía de Autodesk

La teledetección y el análisis de redes pueden ser los fundamentos de la ciencia de la ciudad, pero el campo es mucho más amplio. Los científicos de la ciudad dependen de un conjunto creciente de herramientas para hacer visibles los sistemas urbanos y probar cómo se comportan bajo presión. Cada herramienta destaca una dimensión diferente de la vida en la ciudad, y juntas crean una imagen más completa de la condición urbana.

Los mapas de densidad revelan cómo las personas y los edificios se concentran en la ciudad, ofreciendo instantáneas de crecimiento, uso del suelo e impacto ambiental. Los modelos y simulaciones basados en agentes permiten a los científicos de la ciudad probar escenarios, por ejemplo, cómo podrían fluir los peatones a través de un nuevo espacio público o cómo podrían cambiar los patrones de tráfico con una línea de transporte rediseñada. Las redes de sensores permiten el monitoreo en tiempo real de la calidad del aire, el uso de energía y el tráfico, transformando la ciudad misma en un laboratorio viviente.

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Ciudad de México. Imagen © Alex González / Dronalexmx

Otros métodos añaden aún más capas. Los datos obtenidos de manera colaborativa a través de dispositivos móviles y redes sociales pueden capturar patrones de actividad humana que las encuestas tradicionales pasan por alto. Las herramientas de visualización en 3D transforman conjuntos de datos complejos en formas que los arquitectos y planificadores pueden leer y aplicar directamente. El análisis de big data combina estas fuentes en tableros interactivos que permiten a los tomadores de decisiones ver la evolución de la ciudad en tiempo real.

Para arquitectos/as y estudiantes, el valor no radica en dominar cada algoritmo o plataforma. Se basa en entender que estas herramientas existen y en aprender a colaborar con quienes las utilizan. Los científicos de la ciudad pueden proporcionar evidencia que fortalezca las elecciones de diseño, ponga a prueba supuestos y avance en los objetivos de sostenibilidad. Trabajar con estos métodos asegura que los proyectos no solo sean creativos, sino también afinados a las dinámicas ocultas de la vida urbana.

El científico de la ciudad como socio creativo de diseño

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Delhi, India. Imagen © Sergio Capuzzimati via Unsplash CC licence

La ciencia de la ciudad demuestra que los datos y el diseño no son lenguajes separados, sino formas complementarias de ver el mundo. Donde los arquitectos/as imaginan forma y experiencia, los científicos de la ciudad revelan los sistemas subyacentes que hacen posibles esas visiones. Juntos, pueden cerrar la brecha entre la aspiración y la evidencia, moldeando las decisiones que hacen que las ciudades sean imaginativas y funcionales. Esta asociación no se trata de diluir la creatividad con el análisis. Se trata de expandir la creatividad al fundamentarla en el conocimiento de cómo funcionan realmente las ciudades.

Las apuestas son altas. Las ciudades enfrentan las demandas urgentes de descarbonización, adaptación al clima y crecimiento equitativo. La intuición por sí sola no puede enfrentar estos desafíos. Las decisiones de diseño deben ser probadas contra las realidades de los flujos de energía, las redes de movilidad y las presiones ambientales. La ciencia de la ciudad equipa a los arquitectos/as con las herramientas para interactuar directamente con estas realidades. Permite a los diseñadores modelar futuros antes de que sean construidos, evaluar compensaciones y crear soluciones que sean sostenibles a largo plazo. Para los estudiantes, esto es una invitación a ampliar su conjunto de habilidades y entrar en la profesión preparados para las complejidades del siglo veintiuno.

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Análisis del potencial de luz diurna, Autodesk Forma. Imagen Cortesía de Autodesk

El futuro requiere diseñar con datos. Cuando se abraza, la ciencia de la ciudad transforma nuestra comprensión de las posibilidades en la vida urbana. Crear las ciudades del mañana es entrar en esta asociación, uniendo creatividad y ciencia para construir lugares donde la humanidad y la sostenibilidad prosperen lado a lado.

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Sobre este autor/a
Cita: Poston, Olivia. "Convertirse en un científico de la ciudad: cómo dibujar espacios urbanos con datos" [Becoming a City Scientist: How to Draw Urban Spaces with Data] 22 sep 2025. ArchDaily México. (Trad. Iñiguez, Agustina) Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/1034117/convertirse-en-un-cientifico-de-la-ciudad-como-dibujar-espacios-urbanos-con-datos> ISSN 0719-8914

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