5 lecciones arquitectónicas de los Badjao, una comunidad nómada y marítima del siglo XXI

Miles de años atrás, una pequeña civilización de cazadores migró hacia las regiones costeras del sudeste asiático y luego se transformaron en una extensa tribu nómada que vive en el mar. Hasta el día de hoy, se mantienen como un pueblo sin Estado, sin nacionalidad ni infraestructura permanente, a veces viviendo a kilómetros de distancia de tierra firme, y convirtiéndose en una de las pocas culturas cuya estilo colectivo de vida ha sobrevivido por tanto tiempo a través de la historia de la humanidad.

A esta comunidad se les conoce como los badjao y tienen mucho que enseñarnos sobre arquitectura.

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Comunidad badjao en el mar. Imagen © idome via Shutterstock

1. La arquitectura puede ser una iniciativa colectiva

Mientras la imagen pública de la arquitectura a menudo está obsesionada en lo individual y particular, los badjao consideran el diseño como un trabajo en comunidad: las viviendas para los badjao (aquellos que no viven en sus botes) son construidas casi totalmente a partir de trozos de madera y escombros de las ciudades costeras del sudeste asiático.

Cuando una tormenta impacta a una vivienda o a una comunidad, el barrio no escatima en entregar todo el material que sea posible para ayudar a reforzar las construcciones dañadas. Sus casa se construyen sobre palafitos que son cuidadosamente fundadas sobre rocas costeras y corales. Esta actividad es un esfuerzo en común, de modo de garantizar que la vida silvestre no sea dañada por culpa de estas fundaciones estructurales.

La crítica arquitectónica puede sesgarse y hablar sobre quién diseñó un edificio, independiente de su calidad o apariencia. En una comunidad donde todos los miembros contribuyen al trabajo del otro, la estabilidad emerge en la forma del apoyo cultural (y estructural).

Niños remando hacia casas en construcción. Imagen © manzrussali via Shutterstock

2. La adaptabilidad va más allá del edificio

El concepto de adaptabilidad ha sido introducido en el mundo de la arquitectura como parte del creciente (y ambiguo) movimiento verde. A pesar de todo, el resultado de este mensaje ha sido reducido a eficiencia energética y accesorios eco-friendly. Entonces lo que podrían ser componentes fundamentales de la naturaleza del proyecto son muchas veces un checklist al final del proceso de diseño.

Entonces, la solución no puede venir de nuestro proceso conceptual, sino de nosotros mismos. Los badjao demuestran cómo es posible que los seres humanos se pueden adaptar productivamente a sus medios ambientes.

Desde de miles de años moviéndose en las aguas del sudeste asiático, los badjao han aprendido a ajustarse a su entorno de más maneras que solo construyendo refugios. De hecho, un integrante badjao promedio puede, sin entrenar, mantener su respiración por más de dos minutos y sumergirse hasta 18 metros de profundidad sin perder la concentración ni la agilidad. También pueden ver bajo el agua con la misma nitidez que en la superficie.

A través de la evolución, este conjunto de habilidades se han arraigado en su físico desde la infancia hasta la vejez y de tal manera, si las mentes arquitectónicas reconsideraran sus propias relaciones con las variables ecológicas, sociales y culturales, entonces el proyecto también podría seguir el ejemplo.

Construcción temporal en el sudeste asiático. Imagen © asnida via Shutterstock

3. Un proyecto exitoso puede nacer desde la fragilidad, en vez de la estabilidad.

La fragilidad es una palabra que muchas veces es combatida en la arquitectura de hoy, pues aspiramos a la construcción sólida e inamovible y esto representa una amenaza cuando los desastres naturales (y humanas) afectan a nuestras construcciones. El océano, siendo un lugar naturalmente tumultuoso, condicionó a la comunidad badjao a acostumbrarse a "aflojar las riendas de su construcción", por así decirlo, pues construyen pensando en el corto plazo y viviendo a largo plazo.

Sí, esto es bastante contradictorio si consideramos nuestros nociones de satisfacción y seguridad. Cuando cada casa y puente se construye con el eventual objetivo de fortalecer la actual red de puentes y casas que poseemos, entonces no existe realmente una infraestructura que realmente fracase.

Comunidad badjao cercana a la costa de Sabah, Malasia. Imagen © Dolly MJ via Shutterstock

4. Prestar atención a nuestro contexto genera resultados positivos tanto para nosotros como para nuestro legado arquitectónico.

La metrópolis de hoy se enorgullece de ser una fortificación en contra de los elementos y las tribus nómadas como los badjao se enorgullecen de un estilo de vida con los elementos. Aprender de esto último puede entregar oportunidades para prevenir desastres cuando se enfrenta a un clima inclemente y fenómenos naturales: en 2004, el trágico terremoto y tsunami que afectó al Océano Índico causó un desastre en todo el sudeste asiático, cobrando la vida de casi 230 mil personas.

Eso sí, lo menos destacado en la cobertura noticiosa de este fenómeno natural fue la reacción previa del pueblo badjao: con su profundo conocimiento de su entorno, trasladaron sus comunidades, estableciéndose en áreas que finalmente no fueron afectadas tan drásticamente por el tsunami. ¿Cómo lo hicieron? No fue una cuestión de especulación cosmológica o agenda política, sino que los badjao estaban dispuestos a cambiar su forma de vivir en respuesta a los hechos irrebatibles que el medio ambiente les había enseñado.

Niños badjao remando cerca de la costa. Imagen © idome via Shutterstock

5. El entorno y el impacto ecológico son las cualidades que definen nuestro trabajo a largo plazo.

Los badjao están fundamentalmente condicionados en todos los aspectos de la vida a los flujos y fuerzas que afectan al mar: los momentos del día están más marcados por el oleaje que las horas y los minutos. Asimismo, la mayoría de los badjao no puede determinar con precisión una fecha exacta o incluso señalar el año en que nacieron o cualquier otro momento significativo en sus vidas.

Cuando diseñamos edificios, espacios o iniciativas urbanas, es lógica enfocarse en variables relativas a las ganancias, el horario y el consumo material. Lo que los badjao nos enseñan es que existen capas más profundas de información que son igualmente (o más) dignas de ser parte de nuestra consideración como arquitectos y arquitectas.

Mujer badjao remando un bote Imagen © Dolly MJ via Shutterstock

"Nómade" es considerado por muchos como un término de condescendencia, pues se asocia con el vagabundo, el viajante y el holgazán. Si alguna cosa puede ser aprendida del pueblo badjao es que diseñar para una vida en constante movimiento es uno de los métodos que tenemos para integrarnos nuevamente a los sistemas más abiertos y naturales.

Actualmente, la arquitectura en el mundo desarrollado es una competencia de capital, aprobada por egos y tendencias. Esto no quiere decir que la arquitectura no contribuya, ocasionalmente, para moldear mejores sociedades, pero en vez de eso, podemos aprender de aquellos que viven una vida menos estable (física y socialmente), entendiendo que su fragilidad y capacidad de adaptación son más beneficiosas de lo que podríamos llegar a imaginar.

Todas las imágenes del pueblo badjao son via Shutterstock.com

Sobre este autor/a
Cita: Jacobson, Joey. "5 lecciones arquitectónicas de los Badjao, una comunidad nómada y marítima del siglo XXI" [5 Architectural Secrets of the Badjao: 21st Century Sea People] 05 jun 2015. ArchDaily México. (Trad. Valencia, Nicolás) Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/768061/5-lecciones-arquitectonicas-de-los-badjao-un-pueblo-maritimo-del-siglo-xxi> ISSN 0719-8914

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