En la década de 1920, el Art Deco se imponía como un estilo de diseño arquitectónico, industrial y gráfico inspirado en la elegancia, riqueza y sofisticación. Si bien tuvo su origen en Francia, cobró impulso tanto en Europa como en Estados Unidos durante los años 20, expandiéndose hasta abarcar todos los elementos del arte decorativo como los muebles, accesorios e iluminación interior. Reflejo de la época dorada de Hollywood y catalogado como símbolo de glamour, el Art Deco se caracterizó principalmente por el predominio de líneas rectas, la simetría y formas geométricas atrevidas, con un gusto especial por figuras como el hexágono y el octágono.
A través de los años, el diseño de interiores ha ido evolucionando de acuerdo a las necesidades que se van presentando pero sobre todo a las experiencias que busca evocar en el usuario. En los últimos dos años pudimos ser testigos de un cambio radical y de un especial interés en este tema debido a que la pandemia nos obligó a poner específica atención a la configuración de los lugares que habitamos. Esto trajo consigo diseños mucho más integrales que buscan atender el bienestar del usuario, que combinan colores, experiencias sensoriales, tecnología y elementos naturales que promueven la salud.
Independientemente del diseño que se adopte para los espacios de las cocinas, desde hace ya algunos años y cada vez con mayor frecuencia son muchos los arquitectos y arquitectas que deciden proyectarlas integrándolas a otros ambientes del hogar. Libres de muros o carpinterías divisorias, las cocinas integradas se implementan con el objetivo de dejar a la vista de todos las actividades que allí se llevan a cabo fomentando la interacción y la comunicación entre los habitantes.
Ya sea que se disfrute en un restaurante o se prepare en casa, una cosa es segura: la comida une a las personas. Por esta razón, los arquitectos comenzaron a colocar las cocinas en el corazón de los hogares, ofreciendo a los residentes un espacio para cocinar, cenar y pasar tiempo de calidad con sus familias y amigos. Sin embargo, no en todas las casas caben cocinas amplias, algunas son demasiado pequeñas y otras no tienen la configuración espacial adecuada para ello. En este enfoque interior, exploraremos cómo los arquitectos y diseñadores optaron por diferentes diseños de cocina en función de las diferentes necesidades espaciales y de los usuarios.
Cuando se diseña el espacio interior de una vivienda, es habitual cometer el error de no dar suficiente importancia al suelo. A menudo, la prioridad suele estar en las paredes, el mobiliario y la iluminación, sin tomar en cuenta esta gran superficie que, con su textura y apariencia, puede definir la percepción, carácter y estilo de una habitación. Sin embargo, más allá de su valor estético, la resistencia del suelo es imprescindible – al fin y al cabo, los muebles o la decoración pueden cambiar frecuentemente, pero el pavimento debe permanecer en buen estado por años. Esto aplica especialmente en el caso de la cocina, considerando que es una de las zonas de la casa que sufre mayor uso, tráfico y desgaste.
Ya sea mediante lucarnas tradicionales, claraboyas superiores, aberturas lineales, tragaluces tipo linterna o cubiertas tipo shed, la manipulación e incorporación de luz natural en los proyectos arquitectónicos puede significar un cambio radical en la percepción de los espacios interiores y las atmósferas. La cocina, como espacio de trabajo, es considerada en muchos proyectos de viviendas como un área central donde los residentes pasan una gran cantidad de tiempo de sus vidas diarias. Brindar una buena calidad de luz permitirá incrementar el confort visual y proporcionar un mayor bienestar a quienes realicen tareas en esos espacios.
La socialización humana tiene una fuerte conexión con la comida. Ya sea sentados alrededor de una mesa o al momento de preparar un plato de comida, la interacción que surge de la acción de cocinar se vuelve aún más placentera cuando el espacio favorece el bienestar. Además, la manera en que se preparan las recetas marca la diferencia, sea en un fogón a leña o en una parrilla, cada una aporta su propio condimento a esta actividad.
El desplazamiento implica incertidumbre, desarraigo e inestabilidad, además de la pérdida de comunidad, privacidad y orientación física y emocional. Atender estas necesidades a través de respuestas arquitectónicas adecuadas puede ayudar a las comunidades desplazadas a recuperar el bienestar social, económico y ambiental. En este contexto, las cocinas comunitarias están destinadas a contribuir a generar un sentido de pertenencia y “normalidad” en las vidas domésticas de sus usuarios.
https://www.archdaily.mx/mx/965959/cocinas-comunitarias-el-desafio-de-generar-arraigo-en-comunidades-desplazadasClara Ott
La cocina a leña permite un sabor más intenso en las comidas, ya que implica un proceso lento y artesanal que da como resultado platos con más cuerpo. Algunas personas han optado por construir una cocina de este tipo en su casa, ya que no sólo contribuye a calentar los espacios, haciéndolos más cómodos en los días fríos, sino que al mismo tiempo crea un ambiente único para reunir a familiares y amigos.
https://www.archdaily.mx/mx/965692/cocina-a-lena-10-ejemplos-en-viviendasEquipe ArchDaily Brasil
Si bien la cocina es un espacio omnipresente en casi todas las viviendas y, en muchos casos, se considera un símbolo de la vida doméstica, también puede ocupar espacio valioso, producir desorden visual y restar valor a la estética de un minimalista de algunos proyectos. Para algunas personas, la solución es simplemente mantener la cocina limpia y organizada en todo momento. Pero para algunos arquitectos contemporáneos innovadores y sus clientes, la solución es diseñar una cocina compacta que pueda ocultarse rápida y fácilmente. A continuación, discutimos varios ejemplos de cocinas ocultas, así como algunas técnicas y estrategias comunes para diseñarlas.
https://www.archdaily.mx/mx/960717/como-disenar-una-cocina-ocultaLilly Cao
Las islas son una parte esencial en los diseños de cocinas más amplias, ya que permiten aumentar el área de trabajo y el espacio de almacenamiento, integrando la zona del comedor y ofreciendo un punto focal para el total del espacio. Al ser un elemento multifuncional, es posible diseñarlas de diferentes maneras, incorporando taburetes o sillas, lavaplatos, cajones o incluso lavavajillas, hornos y microondas. Para determinar qué elementos incluir y cómo organizarlos, los diseñadores deben determinar el objetivo principal o el enfoque de la isla. ¿Servirá principalmente como una barra de desayuno, un espacio para entretener a los invitados, una extensión de la cocina, o como algo más? Y con esta función en mente, ¿cómo debería mejorar el flujo de trabajo de la cocina en relación al resto del área disponible? Estas consideraciones, combinadas con los requisitos básicos de accesibilidad, requieren que el diseño de la isla sea cuidadosamente pensado. A continuación, enumeramos algunos de los factores esenciales de su diseño.
Al interior de los espacios residenciales las arquitectas y arquitectos deciden darle mayor o menor protagonismo a ciertas áreas dentro del programa, dependiendo de las preferencias del cliente. Hay quienes prefieren priorizar los espacios más íntimos, y hay quienes prefieren los más sociales, siendo una de estos las cocinas.
Si bien el uso pragmático de la cocina es el espacio donde se prepara la comida, son pocos los hogares donde este espacio no sea un sitio de reunión. Inclusive en espacios como la Ruka mapuche, hay un fuego al medio que usan tanto para cocinar como para secar con el humo y el calor. Conceptualmente transmite la misma atmósfera acogedora que las cocinas citadinas integradas. Hoy en día se controla el fuego mediante las estufas, que ahora, por su combustible, hay una fuerte tendencia a cambiarla a las estufas de inducción, pues son más seguras y controlan mejor la temperatura. Sin embargo, el principio hogareño es el mismo y la arquitectura contemporánea ha permitido que la cocina se integre nuevamente al resto de las actividades y zonas sociales.
Un grifo es una válvula mecánica que sirve para regular, liberar o bloquear el flujo de un fluido –generalmente agua– desde una tubería. Aunque abrir un grifo es muy común hoy en día, no pensamos habitualmente en todo el conocimiento y la tecnología necesarios para que tengamos agua, en cualquier momento, con un simple movimiento de la mano. Pero entre la captación, el tratamiento y la distribución a la cocina o el baño, el agua toma una ruta bastante compleja.
Para diluir los límites impuestos tradicionalmente por las paredes, las cocinas integradas pueden incorporarse en los entornos adyacentes, y lo más común es que sea con salas y comedores, mediante el uso de islas, mesas, desniveles o incluso diferenciando pisos y revestimientos.
Un ambiente monocromático es un espacio en el que la mayoría de sus elementos son de un solo color. Y aunque es muy común que los colores elegidos sean blancos y negros, debido a su neutralidad, es posible utilizar cualquier paleta de colores, aprovechando sus infinitos tonos, subtonos o matices.
Atrás quedaron los días en que la cocina se relegaba a un área de servicio. Siguiendo el sistema tradicional de tripartición residencial burguesa, se diseñó por décadas como un espacio independiente y cerrado. Hoy, cada vez más, los proyectos buscan integrarlo como un espacio relacionado con otras habitaciones de la casa y así crear ciertas interacciones entre sus residentes. A partir de esto, su apariencia también cambió, y los revestimientos tradicionales de cerámica y piedra dieron paso a nuevos materiales.
Durante la última década, las casas pequeñas y los micro departamentos se han vuelto enormemente populares, al ser opciones asequibles y ecológicas para la vida moderna. Con una arquitectura cada vez más compacta, el diseño de muebles con 'conciencia espacial' también se está volviendo cada vez más relevante.
Una de las áreas más críticas para el ahorro de espacio es la cocina, donde la multitud de funciones y la necesidad de almacenamiento pueden dificultar el uso eficiente del espacio. A continuación, presentamos ejemplos de muebles que ahorran espacio para aprovechar al máximo una cocina pequeña.
Uno de los entornos más prácticos y funcionales de cualquier proyecto residencial es la cocina. Sus superficies auxiliares –encimeras, mesadas o recubrimientos– contienen el equipamiento principal de este espacio. Por eso, es imprescindible que se construya con el material más resistente e higiénico, prestando atención a la estética y al presupuesto disponible, y adaptándose a la dinámica de cada familia.