En muchas partes del mundo, la lejanía no solo se define por la distancia. Puede describir un asentamiento montañoso alejado de la infraestructura o un barrio urbano y suburbano en los márgenes de la visibilidad y la oportunidad. A través de estos diversos contextos, la biblioteca ha sido una de las tipologías más vitales—un espacio donde la arquitectura encarna los modos de accesibilidad, inclusividad y cuidado comunitario.
El primer lunes de octubre se celebra el Día Mundial de la Arquitectura. Este año, la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) ha establecido el tema "Diseño para la Fortaleza", un poderoso llamado a la acción que resuena profundamente con el enfoque de la ONU sobre la respuesta a crisis urbanas. En un mundo que enfrenta interrupciones ambientales y sociales sin precedentes, este tema nos desafía a ir más allá de soluciones temporales. Cabe preguntarse, ¿cómo pueden nuestros edificios y ciudades no solo resistir los impactos, sino también fomentar la equidad, la continuidad y la resiliencia?
Aunque el concepto de fortaleza en arquitectura puede evocar fácilmente imágenes de concreto reforzado y acero, está surgiendo una interpretación más profunda, una que define la fortaleza no como mera rigidez, sino como una capacidad holística para resistir y adaptarse. Esto incluye muchas facetas, desde la resiliencia ecológica y el cuidado hasta los conceptos duraderos de resiliencia social o la conservación de estructuras urbanas existentes, todas contribuyendo a un entorno construido más capaz de responder a la multitud de crisis que enfrentan las ciudades en todo el mundo.
El ruido de las conversaciones superpuestas, las luces intermitentes de una cartelera, los pasos apresurados en la acera y el constante martilleo de una obra cercana: los espacios públicos a veces se perciben como entornos donde los estímulos se acumulan y con frecuencia nos sobrepasan. Cada persona percibe y responde a estos impulsos sensoriales de manera distinta, y reconocer la neurodiversidad significa comprender que algunos individuos requieren más tiempo para adaptarse, recorridos a ritmo más lento o interacciones más graduales con su entorno. Estos encuentros plantean preguntas fundamentales sobre el espacio público contemporáneo: ¿cómo puede acoger la diversidad de formas en que las personas lo perciben y lo habitan? ¿Cómo podemos imaginarlo como un espacio que abraza todas las maneras de experimentarlo?
Trabajando con el lugar en vez de contra él, la exposición "Arquitectura es Cooperación" comisariada por Josep Ferrando hace énfasis sobre el valor de la cooperación en la esencia de la arquitectura. Dando a conocer el trabajo de profesionales, organizaciones y comunidades en proyectos de cooperación impulsados desde España, la instalación se materializa a partir de un diseño expositivo en tierra y madera. De esta manera, entiende la elección de estos materiales no solo desde su estética o simbolismo sino desde su funcionalidad y compromiso con los principios de la economía circular. Hasta el 30 de septiembre de 2025, la muestra se expone en la Casa de la Arquitectura en Madrid resaltando la necesaria atención de la arquitectura sobre las demandas de las sociedades y colectivos más vulnerables alineando el lenguaje constructivo con el contenido de la exposición.
Un buen diseño debe adaptarse a las necesidades de sus usuarios, a la misma vez que el diseño participativo busca reducir la distancia entre los arquitectos y quienes habitarán los proyectos. En este sentido, los proyectos dirigidos a la infancia que integran a los niños y niñas como actores centrales en el proceso de diseño muestran cómo la escucha activa y la co-creación se traducen en espacios a escala infantil y pensados para una etapa de intenso aprendizaje.
Ya sean jardines infantiles, escuelas, centros comunitarios o espacios públicos, los proyectos que cuentan con la participación de niños muestran cómo el proceso de diseño puede convertirse en un intercambio enriquecedor para ambas partes. Por un lado, los niños pueden aprender sobre materiales, escalas, toma de decisiones y desarrollar conciencia espacial. Por otro, los arquitectos responsables de materializar los deseos y necesidades de los jóvenes usuarios pueden ejercitar la sensibilidad y la imaginación, y reconocer una visión del mundo distinta, enfocada en el descubrimiento. Todo esto es posible mediante la escucha y el diálogo abierto entre diferentes grupos etarios.
Ante una crisis climática planetaria interconectada, la pérdida de biodiversidad y el agotamiento de recursos, el diseño regenerativo surge como un camino hacia la construcción de futuros rurales resilientes y ecológicamente sintonizados. En la intersección de arquitectura, agricultura y ecosistemas locales, están surgiendo nuevos modelos de prácticas agrícolas resilientes y autosuficientes. Estos proyectos no son grandes sistemas industriales, sino intervenciones arquitectónicas de pequeña escala, precisas y profundamente contextuales que crean espacios que fomentan el cultivo sostenible mientras respetan los ritmos ambientales, materiales locales y el conocimiento comunitario.
Immersive Resilience Garden / Changyeob Lee + Studio ReBuild. Imagen Cortesía de Studio ReBuild
El cañón de hormigón de la calle Degraves en Melbourne fue una vez un austero corredor de servicio en la obscuridad funcional. Hoy, el estrecho pasaje palpita con vida más allá de su famoso café. Las gramíneas nativas caen en cascada de jardineras cuidadosamente ubicadas, mientras que pequeños arbustos crean microclimas frescos. Desafiando los modelos tradicionales de diseño ecológico, enfoques comunitarios sobre la biodiversidad invitan a repensar cómo arquitectos, planificadores y comunidades colaboran para desarrollar futuros urbanos biodiversos.
Ofreciendo un camino hacia la resiliencia y la seguridad alimentaria en las llanuras aluviales del lago Titicaca, los campos agrícolas Waru Waru se distribuyen por todo el altiplano peruano y constituyen un antiguo sistema agrícola. Conectando un legado ancestral con preocupaciones modernas sobre la seguridad hídrica y alimentaria, la resiliencia climática y la gestión sostenible de la tierra, estos sistemas agrícolas permiten abrir el debate acerca de la gestión eficiente del agua y la importancia de la biodiversidad agrícola. Al mismo tiempo, forman parte del sentido de identidad y orgullo de la comunidad aymara local consolidando un conocimiento cultural que se transmite y preserva entre generaciones.
La arquitectura de los centros culturales y comunitarios en áreas rurales alrededor del mundo se ha reinventado como un campo fértil de experimentación, donde la tradición y la innovación se entrelazan. Lejos de repetir modelos urbanos estandarizados, estas construcciones adoptan enfoques contemporáneos que dialogan con el territorio, integrando formas audaces, tecnologías sostenibles y prácticas colaborativas de diseño. Muchas veces concebidas junto a las comunidades locales, combinan materiales regionales y simbolismos culturales, creando espacios que no solo albergan actividades, sino que también expresan identidad y pertenencia. Al reinterpretar saberes vernáculos con lenguaje contemporáneo, estas arquitecturas acogen e inspiran nuevas posibilidades de vida en el campo.
Históricamente, el baño público fue una necesidad fundamental para la higiene, dando origen a baños comunitarios en regiones donde los baños privados eran una rareza. En Japón, por ejemplo, los baños sento surgieron a principios del período Edo, sirviendo como instalaciones esenciales cuando la mayoría de los hogares carecían de sus propios espacios de baño. De manera similar, en otras partes del mundo donde la plomería y la gestión del agua eran consideradas lujos, los baños públicos compartidos se convirtieron en componentes vitales de la vida urbana. Con el tiempo, estos espacios evolucionaron más allá de su función, convirtiéndose en lugares para socializar, relajarse y escapar temporalmente de las rutinas diarias.
Sin embargo, en la era moderna, los baños privados se han vuelto omnipresentes en los hogares contemporáneos, abordando efectivamente las preocupaciones de higiene que alguna vez hicieron que las casas de baño públicas fueran indispensables. Con el auge de espacios sociales alternativos—cafés, centros de fitness, bares y salones de jazz—el baño comunitario tradicional ya no cumple la misma función esencial. Si bien algunos aún pueden apreciar el aspecto social del baño público, la incomodidad de cambiarse de ropa y mojarse frente a extraños puede disuadir a muchos de participar en la experiencia.
Era necesario un cambio en la manera de hacer arquitectura en Colombia, y Taller Síntesis surge para materializar esta transformación, combinando una profunda comprensión del territorio y su contexto con soluciones arquitectónicas que se traducen en materialidad y espacios construidos. Sus obras destacan por su fuerte identidad cultural local, logrando un equilibrio preciso entre lo preexistente, lo nuevo y la armonía con el paisaje.
Santuario de la Naturaleza Humedal Río Maipo. Image Cortesía de Fundación Cosmos
¿Qué involucra diseñar considerando los tiempos y ciclos de la naturaleza? ¿Qué relaciones sociales y en vínculo con el entorno natural pueden promover las ciudades en la actualidad y a futuro? Frente a una triple crisis ambiental protagonizada por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, además de pandemias zoonóticas, aumento en los problemas de salud mental y emocional e hiperconectividad digital, Fundación Cosmos plantea indagar en aprendizajes, experiencias y herramientas buscando conectar a las personas con sus territorios. A partir de una planificación urbana basada en la naturaleza, la intervención sobre humedales urbanos se presenta como una oportunidad para la puesta en valor, el aprendizaje y la conservación del patrimonio natural y cultural de cara a alcanzar un futuro sostenible y resiliente.
SO-IL (Solid Objectives – Idenburg Liu) es una firma de diseño arquitectónico con sede en Brooklyn, Nueva York, fundada en 2008 por Florian Idenburg y Jing Liu. Conocido por una arquitectura profundamente comprometida con los contextos sociales, culturales y ambientales, el estudio se centra en explorar materiales innovadores, crear experiencias espaciales fluidas y priorizar la sostenibilidad ecológica. El trabajo de SO-IL abarca diversas escalas y tipos de programas, reflejando su enfoque versátil hacia el diseño. En 2024, su proyecto de vivienda 450 Warren en Brooklyn fue seleccionado como Edificio del Año de ArchDaily por el público en la categoría de vivienda.
En su último libro, In Depth: Urban Domesticities Today, SO-IL explora el concepto en evolución de hogar en contextos urbanos contemporáneos, transformándolo "de una fuente de vulnerabilidad en una herramienta para el empoderamiento". El libro redefine la domesticidad como una experiencia activa y compartida, y examina cómo los arquitectos/as pueden abordar desafíos urbanos urgentes como la asequibilidad, la densidad y la sostenibilidad. El trabajo de SO-IL aboga por viviendas flexibles y resilientes que fomenten la comunidad mientras integran dimensiones ecológicas y sociales. ArchDaily habló con los arquitectos sobre las soluciones e ideas innovadoras presentadas en el libro, profundizando en cómo sus proyectos desafían sistemas convencionales y visualizan un futuro donde la arquitectura es una herramienta para el empoderamiento.
En su quinto aniversario, Encuentro de Intervenciones Efímeras celebra la apertura de los patios históricos de Puebla al arte, la creatividad y la comunidad. A lo largo de estos cinco años, el evento ha recibido orgullosamente más de 150 propuestas en sus convocatorias de Patio Efímero. De estas, 42 instalaciones se han realizado con la colaboración de 132 artistas, interviniendo 42 patios históricos para el disfrute de más de 45,000 personas. Este éxito ha sido posible gracias al apoyo de más de 130 colaboradores, entre propietarios e instituciones públicas y privadas. Además, 24 investigadores han presentado sus trabajos en Patio Académico. Este año, se celebra a la maravillosa comunidad Patio.
La Valiente Focaccería + Maíz / OHIO Estudio. Image Cortesía de OHIO Estudio
Crear espacios de interacción social involucra procesos de diseño que buscan hacer frente a la individualización del ser fomentando los vínculos y conexiones entre las personas. Si bien el avance de las tecnologías de la información y la comunicación aporta nuevas herramientas que optimizan el desarrollo de ciertas actividades y funciones, su impacto en la sociedad tiende en ocasiones a incrementar prácticas individuales como el trabajo remoto, las actividades físicas a distancia por aplicaciones o el consumo digital de bienes, servicios y eventos, entre otros. Desde la arquitectura, el diseño de interiores y hasta el urbanismo, numerosas prácticas emergentes se enfrentan al desafío de consolidar espacios de interacción social a través de estrategias de diseño, usos y conexiones naturales que eviten el reemplazo del espacio físico por el virtual.