
Fin de temporada

A través de sus proyectos no construidos, obras e investigaciones, el pensamiento de Amancio Williams se da a conocer como producto de un profundo conocimiento de las tendencias más avanzadas de su época desde el cual busca reflexionar sobre el proyecto arquitectónico, el urbanismo, el planeamiento y el diseño. Abordando diversas temáticas, conceptos y hasta materiales, se propone construir un universo propio sobre un presente que al mismo tiempo resulta futuro, internacional y argentino. Su propuesta de “La ciudad que necesita la humanidad” reúne edificios lineales y estratificados a 30 metros del suelo contemplando desde oficinas hasta rutas y trenes magnéticos en distintos niveles de un mismo edificio. El archivo Amancio Williams del Centro Canadiense de Arquitectura de Montreal documenta la trayectoria de Williams como arquitecto y diseñador desde la década de 1940 hasta finales de la década de 1980. El fondo registra su trabajo en más de 80 proyectos de arquitectura, urbanismo y diseño, así como la administración de su estudio de arquitectura y sus actividades profesionales. El archivo, que incluye dibujos y bocetos, maquetas de presentación, material fotográfico (como fotografías de maquetas, proyectos terminados, imágenes de referencia, reproducciones fotográficas de planos y fotografías de obra), está disponible para consulta ofreciendo más detalles.

Integrar elementos naturales en el diseño arquitectónico ha sido durante mucho tiempo una búsqueda fundamental para crear entornos cómodos y sostenibles que mejoran tanto el bienestar individual como la relación entre los edificios y su contexto circundante. En áreas con paisajes vastos, incorporar elementos naturales es esencial para conectar la arquitectura con su sitio. Por el contrario, en entornos urbanos densos dominados por estructuras construidas, introducir áreas verdes se vuelve cada vez más vital, reintroduciendo la naturaleza en la llamada "jungla de concreto."
Sin embargo, más allá de las características paisajísticas convencionales—como fuentes de agua, muros verdes, jardines o patios—los arquitectos y arquitectas están redefiniendo lo que significa construir con la naturaleza. El enfoque se ha desplazado hacia una integración profunda de la arquitectura con su entorno natural, creando experiencias espaciales inmersivas que difuminan los límites entre lo construido y lo orgánico - de alguna manera, "domando" la naturaleza. Cuando se ejecutan con éxito, estos diseños van más allá de fomentar el bienestar o promover un estilo de vida saludable; evocan una profunda sensación de tranquilidad, poder y armonía, transformando la manera en que percibimos y habitamos el espacio.

Al proyectar espacios para mirar, la arquitectura entra en diálogo con el territorio en la búsqueda de entender el paisaje y el disfrute de la realidad ya sea natural o construida. Tras una invitación a contemplar el entorno que nos rodea, varios profesionales de la arquitectura en Latinoamérica se embarcan en el desafío de construir estructuras que interactúen con la naturaleza, reinterpreten ciertas tipologías edilicias o formen parte del aprendizaje y la enseñanza en arquitectura de las futuras generaciones. La amplia variedad de paisajes y culturas disponibles dentro del entorno latinoamericano da cuenta de las infinitas oportunidades donde la arquitectura se vislumbra con potencial para fomentar el diálogo entre el observador y el objeto observado, y aprovechar la conexión entre flora, fauna y demás especies locales que la región propone.

El legado arquitectónico de Oporto ha estado moldeado durante mucho tiempo por el peso de la historia y la claridad de la forma. Desde la obra de Álvaro Siza hasta la densa red de estudios que emergen de las escuelas de la ciudad, Oporto ofrece una mezcla única de continuidad y reinvención. Aquí, la arquitectura no es solo una cuestión de diseño, sino a menudo de resistencia — de trabajar dentro de las limitaciones, de dibujar con precisión y de navegar en un entorno construido marcado por la permanencia y la resistencia al espectáculo.
Sin embargo, dentro de este contexto persistente, una nueva generación de arquitectos/as ha estado remodelando el campo con una determinación silenciosa. A menudo formadas en espacios compartidos, estas prácticas equilibran la autonomía con la colaboración y el detallado meticuloso con preocupaciones urbanas más amplias. Sus estudios tienden a reflejar esta ética: modestos en escala, definidos por reutilización adaptativa, y arraigados en la realidad material de la ciudad. En estos espacios de trabajo, la arquitectura se despliega como un proceso — a veces especulativo, a veces fundamentado — pero siempre reflexiva de una práctica que es profundamente local y cada vez más global.

Escondida entre las majestuosas cumbres del Cáucaso y los encantadores paisajes de Oriente Próximo, Armenia es una nación pequeña pero profundamente orgullosa, moldeada por escarpadas montañas y antiguos volcanes. Siendo uno de los países más antiguos del mundo, sus raíces se remontan al siglo VI a. C., en la encrucijada de imperios: el persa, el romano, el bizantino y el otomano. Sin embargo, a lo largo de siglos de agitación, Armenia ha conservado su identidad distintiva, grabada en su lengua, arquitectura y ricas tradiciones culturales, lo que le ha valido el evocador título de «la tierra de las piedras».

Una semana atrás, anunciamos los 15 finalistas del Premio Obra del Año de ArchDaily en Español, que celebra la mejor arquitectura de Latinoamérica y España, invitando a nuestros lectores a actuar como jurado y elegir sus proyectos favoritos entre los publicados a lo largo del año. Hoy, finalmente, llegó el momento de conocer a los ganadores del Premio Obra del Año 2025.

Los espacios públicos ocupados pueden ser abrumadores. Los aeropuertos, escuelas, estadios y lugares de trabajo presentan entornos con un caos visual que puede ser desorientador y estresante para las personas, especialmente aquellas que son neurodiversas. El bombardeo de estímulos, los movimientos impredecibles y la información visual en competencia pueden crear barreras para el confort de los ocupantes. Se anima regularmente a los arquitectos y arquitectas a crear espacios que reconozcan y honren las diferencias individuales. Diseñar para la neurodiversidad es una forma de defender la inclusividad y extender los principios del diseño universal.

Te invitamos a participar en el Premio Obra del Año de ArchDaily en Español. En su décima sexta edición, otorgamos a nuestros lectores la responsabilidad de reconocer y premiar los proyectos que tuvieron el mayor impacto en la disciplina. Al votar por los proyectos, te conviertes en parte de una red imparcial de jurados que reconocen las obras más relevantes del último año, construidas en Latinoamérica y España. Solo faltan unos días para cerrar la etapa de votación, en la que se seleccionarán, entre los 15 finalistas, los 3 ganadores del Premio Obra del Año 2025 de ArchDaily en Español.
Los usuarios registrados pueden votar en su proyecto favorito una vez al día. La etapa de nominación finaliza el 9 de abril a las 23:59 (GMT-3).

Los entornos húmedos presentan algunos de los desafíos más complejos en el diseño arquitectónico. Desde la temporada de monzones tropicales del sudeste asiático hasta el calor ecuatorial de África Central, estos entornos exigen soluciones que consideren la intensa humedad, las altas temperaturas y la constante lucha contra el moho, la descomposición y el estancamiento. Sin embargo, durante siglos, las comunidades en estas regiones han desarrollado técnicas arquitectónicas que no luchan contra la humedad, sino que trabajan con ella, aprovechando materiales locales, diseño sensible al clima y técnicas de enfriamiento pasivo para crear espacios sostenibles y habitables. Al considerar la atmósfera como un fenómeno sensorial y climático, los arquitectos y arquitectas crearán espacios que no solo son evocadores, sino también responsivos, adaptativos y sostenibles.

"Sentirse en casa" es una expresión que representa las sensaciones de acogimiento y confort que transforman un espacio en un verdadero refugio. Para alcanzar esta experiencia, diversos elementos — como colores, texturas, iluminación y materiales — desempeñan un papel esencial, construyendo un ambiente que promueve relajación y bienestar. Apoyado por estudios en el campo de la psicología ambiental y neurociencia, este vínculo entre el ambiente físico y el comportamiento humano evidencia cómo la arquitectura influye directamente en la creación de atmósferas, pudiendo, incluso, transformar el caos en tranquilidad.

Cuando pensamos en ciudades, a menudo asumimos que la cuadrícula ortogonal es la norma: ordenada, predecible y racional. Sin embargo, muchas áreas urbanas alrededor del mundo, notablemente aquellas moldeadas por colinas y terrenos irregulares, desafían esta convención. En ciudades como Lisboa, en Portugal, las cuadrículas ortogonales aparecen solo en zonas más planas como Baixa, mientras que áreas circundantes como Alfama se adaptan orgánicamente a la topografía. Estas áreas crean formas urbanas más estratificadas, irregulares y visualmente dinámicas. Ereván en Armenia, ofrece otro ejemplo urbano de esta adaptación: el Complejo Cascade transforma una empinada colina en un espacio público aterrazado que conecta diferentes niveles de la ciudad mientras enmarca vistas panorámicas. Para otros países, esta respuesta a la topografía se vuelve aún más crítica. Ciudades como Tegucigalpa en Honduras o Valparaíso en Chile están definidas por terrenos empinados e irregulares que requieren que los arquitectos y arquitectas se involucren profundamente con la tierra. Diseñar en estos contextos, especialmente para proyectos residenciales, exige adaptación técnica y una comprensión contextual que permita que la pendiente se convierta en un elemento generador en el proceso de diseño.

La forma en que los espacios son percibidos y vivenciados va mucho más allá de la estética—ellos influyen directamente en las emociones, pensamientos e incluso en la creatividad. En la práctica es fácil notar cómo ambientes amplios y con techos altos generalmente transmiten una sensación de libertad e inspiración, mientras que espacios más pequeños y cerrados tienden a inducir enfoque e introspección. Este fenómeno no es solo una impresión subjetiva, sino algo estudiado científicamente. El antropólogo Edward T. Hall, en la década de 1960, acuñó el término Efecto Catedral para describir cómo la altura de los techos impacta en la cognición y el comportamiento. Investigaciones más recientes profundizan en esta idea, demostrando cómo la arquitectura moldea nuestras decisiones y estados emocionales en diferentes ámbitos.

Históricamente, el baño público fue una necesidad fundamental para la higiene, dando origen a baños comunitarios en regiones donde los baños privados eran una rareza. En Japón, por ejemplo, los baños sento surgieron a principios del período Edo, sirviendo como instalaciones esenciales cuando la mayoría de los hogares carecían de sus propios espacios de baño. De manera similar, en otras partes del mundo donde la plomería y la gestión del agua eran consideradas lujos, los baños públicos compartidos se convirtieron en componentes vitales de la vida urbana. Con el tiempo, estos espacios evolucionaron más allá de su función, convirtiéndose en lugares para socializar, relajarse y escapar temporalmente de las rutinas diarias.
Sin embargo, en la era moderna, los baños privados se han vuelto omnipresentes en los hogares contemporáneos, abordando efectivamente las preocupaciones de higiene que alguna vez hicieron que las casas de baño públicas fueran indispensables. Con el auge de espacios sociales alternativos—cafés, centros de fitness, bares y salones de jazz—el baño comunitario tradicional ya no cumple la misma función esencial. Si bien algunos aún pueden apreciar el aspecto social del baño público, la incomodidad de cambiarse de ropa y mojarse frente a extraños puede disuadir a muchos de participar en la experiencia.

La exposición nacional de Uruguay en la Bienal de Arquitectura de Venecia 2025, titulada "53.86% Uruguay, Tierra de Agua," explora la relación intrínseca entre arquitectura, territorio y agua. Curada por los arquitectos Ken Sei Fong y Katia Sei Fong, junto con el artista visual Luis Sei Fong, la exposición propone que podríamos estar entrando en la era del agua, el "Hidroceno", y que la forma en que la humanidad gestiona y conserva este recurso dará forma a su futuro. En este contexto, el proyecto destaca que el territorio marítimo de Uruguay (53.86%) es más grande que su territorio terrestre. El agua, por lo tanto, no solo es un recurso natural sino un elemento fundamental de la historia y cultura del país, esencial para su desarrollo.

En la 19ª Exposición Internacional de Arquitectura de La Biennale di Venezia 2025, el Pabellón Libanés, curado por el Colectivo de Arquitectura del Líbano (CAL), presenta "The Land Remembers", una exploración del ecocidio y la sanación ambiental. Seleccionado por el Ministerio de Cultura del Líbano y la Federación Libanesa de Ingenieros, CAL es una organización sin fines de lucro cofundada en 2019 por Shereen Doummar, Edouard Souhaid, Elias Tamer y Lynn Chamoun. Su visión curatorial tiene como objetivo transformar el pabellón en una institución ficticia, el Ministerio de Inteligencia Territorial, dedicada a confrontar la devastación ambiental y proponer estrategias para la restauración ecológica.