Infancia y ancestralidad: ¿qué podemos aprender de las comunidades indígenas sudamericanas sobre los espacios para niños?

En las comunidades indígenas de América del Sur, el lugar del niño es donde él desea estar. Los bebés gatean por el suelo de tierra, se acercan a las fogatas, investigan hormigueros, experimentan el mundo con todo su cuerpo. Aprenden sintiendo: descubren límites, reconocen peligros y recogen lecciones que ningún manual podría enseñar. En el escenario urbano, por otro lado, los niños suelen estar contenidos en espacios pensados para adultos, llenos de reglas que, aunque bien intencionadas, a menudo los alejan de experiencias vitales. Ante estas diferencias culturales, no nos corresponde juzgar cuál modelo es mejor, sino, más bien, percibir que, cuando culturas diferentes se observan, siempre hay espacio para aprender.

En el ámbito arquitectónico, esta infancia vivida con rara libertad de tiempo y espacio invita a repensar la forma en que moldeamos nuestro cotidiano: ¿por qué limitar la exploración espontánea de los niños en ambientes controlados? ¿por qué crear barreras físicas y simbólicas entre ellos y el mundo natural? Y, sobre todo, ¿cómo la arquitectura contemporánea podría romper este paradigma e, inspirada por el niño indígena, crear espacios que devuelvan a la infancia su dimensión más salvaje, curiosa y plena?

Infancia y ancestralidad: ¿qué podemos aprender de las comunidades indígenas sudamericanas sobre los espacios para niños? - Imagen 2 de 20Infancia y ancestralidad: ¿qué podemos aprender de las comunidades indígenas sudamericanas sobre los espacios para niños? - Imagen 3 de 20Infancia y ancestralidad: ¿qué podemos aprender de las comunidades indígenas sudamericanas sobre los espacios para niños? - Imagen 4 de 20Infancia y ancestralidad: ¿qué podemos aprender de las comunidades indígenas sudamericanas sobre los espacios para niños? - Imagen 5 de 20Infancia y ancestralidad: ¿qué podemos aprender de las comunidades indígenas sudamericanas sobre los espacios para niños? - Más Imágenes+ 15

En el artículo Territorialidades Infantiles, los autores enfatizan que "todo niño es niño en un lugar", destacando que existe en la producción de las culturas infantiles un anclaje territorial que no solo enmarca el contexto en el cual se edifica la infancia, sino que ofrece el propio sustrato para la producción de la existencia. Es decir, cada niño/a se desarrolla en la relación que construye, en la variedad de espacios y territorios en los que está inserto, observando, participando y resignificando sus experiencias.


Artículo relacionado

¿Por qué deberíamos crear ciudades para los niños?

Bajo tal perspectiva, es posible comprender el fundamental papel de los espacios y sus relaciones dentro del desarrollo infantil, sean estos naturales o artificiales. En este sentido, las culturas indígenas de América del Sur guardan saberes preciosos, capaces de inspirar una nueva forma de pensar y construir el mundo. Un mundo que, sobre todo, cultive ciudadanos con profundo sentido de colectividad y respeto ambiental, cualidades indispensables para enfrentar los desafíos actuales.

Infancia y ancestralidad: ¿qué podemos aprender de las comunidades indígenas sudamericanas sobre los espacios para niños? - Imagen 15 de 20
“Infância xinguana” por Pedro Biondi, CC BY-NC 2.0

Conexión con la naturaleza

Este es el misterio indígena, un legado que pasa de generación en generación. Lo que nuestros niños aprenden desde temprano es a poner el corazón al ritmo de la tierra. - Ailton Krenak

El distanciamiento entre niños y naturaleza es un tema antiguo, pero que se vuelve cada vez más urgente ante la presencia constante de la tecnología. A esto se suma la escasez de espacios verdes urbanos de calidad que, a pesar de los esfuerzos, aún son raros en la mayoría de las ciudades. Sin embargo, la atracción de los niños por el mundo natural es instintiva: no es raro ver a un bebé maravillado al tocar la tierra, perseguir un insecto o explorar la textura de las hojas. Proporcionar estos encuentros no significa inventar algo nuevo, sino rescatar lo primordial — una conexión que, entre los pueblos indígenas, jamás se ha perdido.

Para ellos, la naturaleza no es un recurso a ser consumido, sino una extensión de sí mismos: cuidar del bosque es cuidar de la propia vida. Como recuerda Daniel Munduruku, educar es conducir al niño a aprender de la naturaleza — pescar, trepar árboles, observar las estrellas. Sin vivencias así, ya sea en la escuela o en otros espacios, los niños pierden oportunidades de construir aprendizajes profundos y relaciones significativas con el mundo. Una infancia ligada a la naturaleza favorece la salud, la imaginación y la colaboración. Más que ocio, es un fundamento para formar seres humanos capaces de resolver problemas y vivir de forma armónica con el planeta.

Infancia y ancestralidad: ¿qué podemos aprender de las comunidades indígenas sudamericanas sobre los espacios para niños? - Imagen 11 de 20
Centro de Desarrollo Infantil El Guadual / Daniel Joseph Feldman Mowerman + Iván Dario Quiñones Sanchez © Ivan Dario Quiñones Sanchez

Libertad de exploración y diferentes nociones de peligro

El niño indígena, al explorar la diversidad de espacios de la aldea, construye y transforma sus relaciones. Circula entre casas, participa de la vida social, observa e interactúa con diferentes personas y situaciones, influyendo y siendo influenciado por todo a su alrededor. Esta movilidad sin límites, acompañada de momentos de escucha, interacción y descanso, amplía su repertorio y fortalece sentidos esenciales como la visión y la audición — canales primordiales de aprendizaje en las tradiciones orales. Promover la exploración libre permite a los niños nuevos descubrimientos, una libertad posible gracias a la distinta percepción de peligro que estas comunidades cultivan.

Un niño que puede trepar un árbol, que puede ser picado por una avispa, una hormiga, está expuesto a riesgos y eso lo ayudará a lidiar con el mundo. Será capaz de crear y protegerse en el mundo. Si solo tiene inseguridad y miedo con respecto a todo lo que está a su alrededor, es difícil desarrollar una actitud colaborativa. — Ailton Krenak

Infancia y ancestralidad: ¿qué podemos aprender de las comunidades indígenas sudamericanas sobre los espacios para niños? - Imagen 3 de 20
Jardín de Infancia Fuji / Tezuka Architects © Katsuhisa Kida

Aprendizaje a través del juego

En las comunidades indígenas, los adultos no intervienen directamente en los juegos. No existe la preocupación de decir a los niños qué hacer o cómo comportarse en los diferentes ambientes, ni de corregir sus errores o señalar caminos. La confianza está en el propio proceso de vivir, en la certeza de que el niño aprenderá observando, intentando, errando y creando. En el entramado de espacios donde la vida se construye, el juego surge de forma natural, mezclándose con las actividades diarias y volviéndose inseparable de la cultura y del propio acto de existir.

Infancia y ancestralidad: ¿qué podemos aprender de las comunidades indígenas sudamericanas sobre los espacios para niños? - Imagen 14 de 20
“Dança” por Pedro Biondi, CC BY-NC 2.0

Ecos en la arquitectura contemporánea

En estas culturas, el territorio está moldeado con dinamismo — los espacios de la casa, de la vida comunitaria y del cultivo se entrelazan en movimientos continuos, donde niño, territorio y libertad omnipresente constituyen los pilares de la formación de la identidad infantil. Así, una propuesta educativa inspirada en la cosmovisión indígena es aquella que "coloca el corazón al ritmo de la tierra" — promoviendo una conexión sensorial y ética con el entorno, esencial para cultivar el cuidado, la cooperación y la sostenibilidad.

Esta lógica trae una provocación directa para la arquitectura contemporánea: ¿y si los espacios fueran pensados para acoger el movimiento espontáneo, en lugar de restringirlo? En los contextos urbanos, los ambientes infantiles suelen ser diseñados para usos específicos y controlados, con áreas delimitadas para jugar y zonas rígidas para "actividades serias". Ya en las aldeas, no hay frontera entre el espacio de vivir y el espacio de jugar — la casa, el patio, el camino hasta el río, todos participan de esta experiencia. Incorporar esta visión significaría crear arquitecturas más permeables, integradas a la vida cotidiana, donde el niño pueda circular libremente, explorar texturas, olores y sonidos, aprendiendo en el propio recorrido.

Infancia y ancestralidad: ¿qué podemos aprender de las comunidades indígenas sudamericanas sobre los espacios para niños? - Imagen 9 de 20
Centro de Desarrollo Infantil El Guadual / Daniel Joseph Feldman Mowerman + Iván Dario Quiñones Sanchez © Ivan Dario Quiñones Sanchez

Tal filosofía puede ser vista en proyectos contemporáneos de todo el mundo, los cuales demuestran cómo la arquitectura infantil puede ser repensada para abrazar el movimiento, la naturaleza y la autonomía, independientemente de la cultura local. Entre ellos, destaca el Jardín de infancia Fuji de Tezuka Architects, en Japón, un edificio sin límites entre el adentro y el afuera, con cubierta continua y circulación libre, que fomenta la movilidad espontánea de los niños y se convierte en un ambiente de libertad y descubrimiento. Otro ejemplo interesante es la Escuela Secundaria Lycee Schorge de Kéré Architecture, en Burkina Faso, que resignifica la pertenencia y contacto con la naturaleza utilizando materiales locales y naturales, implantando los bloques en una especie de "aldea" que configura un patio público central, abierto para diferentes apropiaciones.

Infancia y ancestralidad: ¿qué podemos aprender de las comunidades indígenas sudamericanas sobre los espacios para niños? - Imagen 7 de 20
Hogares Infantiles en Canuanã / Rosenbaum® + Aleph Zero. Imagen © Leonardo Finotti

También sería posible citar los Hogares Infantiles en Canuanã, de Aleph Zero y Rosenbaum, en Brasil, una escuela e internado rural construidos para acomodar también a la población indígena, marcados por espacios de uso libre protegidos por la cubierta que fomenta la imaginación en las diferentes posibilidades de apropiación. Y por último, se cita también el Centro de Desarrollo Infantil El Guadual de Daniel Joseph Feldman Mowerman + Iván Dario Quiñones Sanchez, en Colombia, donde espacios abiertos, obstáculos y múltiples variables convierten el proceso de descubrimiento del propio centro en un desafío y un juego, haciendo de la educación una experiencia recreativa y liberadora. Estos proyectos, al igual que muchos otros que podrían ser citados aquí, ejemplifican cómo los espacios arquitectónicos pueden acoger el espíritu ancestral de la infancia — donde vivir, jugar y aprender ocurren simultáneamente en armonía con el entorno.

Infancia y ancestralidad: ¿qué podemos aprender de las comunidades indígenas sudamericanas sobre los espacios para niños? - Imagen 12 de 20
Centro de Desarrollo Infantil El Guadual / Daniel Joseph Feldman Mowerman + Iván Dario Quiñones Sanchez © Ivan Dario Quiñones Sanchez

Este artículo es parte de los temas de ArchDaily: Diseñando espacios infantiles, presentado por KOMPAN.

En KOMPAN, creemos que crear espacios para la infancia es una responsabilidad compartida con un impacto duradero. Al patrocinar este tema, defendemos un diseño centrado en los niños, basado en la investigación, el juego y la participación, para crear entornos inclusivos e inspiradores que fomenten la actividad física, el bienestar y la imaginación, y que ayuden a cada niño a desarrollarse plenamente en un mundo en constante cambio.

Cada mes exploramos un tema en profundidad a través de artículos, entrevistas, noticias y obras de arquitectura. Te invitamos a conocer más sobre nuestros temas. Y como siempre, en ArchDaily valoramos las contribuciones de nuestras lectoras y lectores: si quieres postular un artículo o una obra, contáctanos.

Galería de Imágenes

Ver todoMostrar menos
Sobre este autor/a
Cita: Ghisleni, Camilla. "Infancia y ancestralidad: ¿qué podemos aprender de las comunidades indígenas sudamericanas sobre los espacios para niños?" [Infância e Ancestralidade: O que podemos aprender com as comunidades indígenas sul-americanas sobre espaços para as crianças?] 25 ago 2025. ArchDaily México. (Trad. Iñiguez, Agustina) Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/1033371/infancia-y-ancestralidad-que-podemos-aprender-de-las-comunidades-indigenas-sudamericanas-sobre-los-espacios-para-ninos> ISSN 0719-8914

Has seguido tu primera cuenta!

¿Sabías?

¡Ahora recibirás actualizaciones de las cuentas a las que sigas! Sigue a tus autores, oficinas, usuarios favoritos y personaliza tu stream.