Arte y Arquitectura: arquitectura para la resistencia por Dionisio González

El fotógrafo español Dionisio González plantea la relación del humano con el medio y el aprovechamiento de sus recursos naturales por los habitantes, en una serie de recreaciones ficticias de construcciones injertadas al entorno. Su trabajo “arquitectura para la resistencia” recientemente exhibido en la Galería Yusto / Giner, proyecta una arquitectura habitable y sostenible, auténticos fortines futuristas de hierro y hormigón en sustitución de la madera, inspirados por la precariedad económica y los fenómenos naturales provocados en una isla situada en el Golfo de México.

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La galería Yusto / Giner presenta “arquitectura para la resistencia”, la primera exposición individual del artista Dionisio González (Gijón, 1965) en Málaga. La exposición se estructura partiendo de las series de fotografías “Dauphin Island” e “Inter-Acciones” más la instalación “Organogramas.

La fascinación por la arquitectura, una constante en la obra de Dionisio González y su preocupación por el naufragio social le conducen a una búsqueda permanente de enclaves donde conviven el caos y la belleza.

© Dionisio González. Cortesía de Yusto / Giner

En el caso de Dauphin Island, una isla situada en el Golfo de Méjico que sufre el constante azote de huracanes, el artista quedó impresionado por la energía de sus habitantes para recuperar lo que cíclicamente es destruido por la Naturaleza. Dionisio reflexiona sobre la aceptación de la adversidad y el vínculo que se establece entre la construcción y destrucción, lo que ha generado, según él, estructuras constructivas para la resignación. 

© Dionisio González. Cortesía de Yusto / Giner

La precariedad económica y dicha resignación ante lo que consideran inevitable, impide a los habitantes de la isla invertir en viviendas cimentadas en hormigón, algo tan irresponsable como construir plantas nucleares en zonas sísmicas o casas en las laderas de los cerros. Esta indefensión ante la ofensiva climática provoca la intervención del artista, diseñando un proyecto de arquitectura habitable y sostenible, auténticos fortines futuristas de hierro y hormigón en sustitución de la madera. Una alternativa que hoy sólo está sobre papel en la isla de la Ingenuidad.

© Dionisio González. Cortesía de Yusto / Giner

Hay en esta actitud del artista una intención poco frecuente en el mundo del arte de ofrecer respuestas a los problemas del mundo, ya que en la mayoría de los casos el artista se limita a interpretarlos o simplemente a evidenciar su existencia como un reportero o un notario. Esta actitud de Dionisio González lo sitúa en un plano que supera lo real y se sitúa en una posición más trascendental y, al tiempo, adopta un papel próximo al del urbanista, el ingeniero y el arquitecto: el de un creador que rediseña el orden establecido cambiando el statu quo.

© Dionisio González. Cortesía de Yusto / Giner

Por otra parte, “Inter-Acciones” plantea la relación del humano con el medio y el aprovechamiento de sus recursos naturales por los habitantes, en una serie de recreaciones ficticias de construcciones injertadas al entorno.

Como contrapunto al medio natural Dionisio ha creado “Organogramas”, instalación inspirada en el contraste entre el ritmo y la sinfonía que producen el humo y los tubos de escape de las motocicletas de Hanoi (Vietnam) y el “Khene”, un instrumento musical tradicional vietnamita. Esta “composición musical” está magistralmente dirigida por . . . un robot. Es la primera vez que esta obra se exhibe en España.

© Dionisio González. Cortesía de Yusto / Giner

Descripción del autor. Toda arquitectura cautiva, pasa por un proceso de detenimiento debido a que sus conductos o su contexto se invierten en una economía improductiva. El ajamiento, la desfiguración son propiedades de la arquitectura, de su expedición y sus prácticas. La particularidad de estas edificaciones es que no presumen o no relacionan una órbita inmediata con las ciudades, luego no se conoce con exactitud a los culpables, a los agresores salvo a los agentes ambientales y a la movilidad social, ambos promotores de una cultura de la urgencia. Toda arquitectura cautiva es condescendiente, elabora y promueve un estado cercano a la inspiración, decía Kevin Lynch que podrían facilitarse mapas turísticos de desechos locales, ruinas y restos. En definitiva, porque la mella, la avería, la decadencia y lo insólito modelan formas fantásticas de atracción.

© Dionisio González. Cortesía de Yusto / Giner

El hecho de que las construcciones de esta serie se encuentren sobre pilares o esbeltos machones de hormigón armado sosteniendo un plano horizontal estructural y quedando la planta baja exenta tiene un sentido lógicamente constructivo, pero también simbólico. Por un lado combaten el entorno y sus irregularidades, estructuran plantas vacías sin erosión pero con corrientes y flujos, permiten la función del mirador; por otra parte estatuyen un lenguaje de aprobación y merecimiento con el entorno, son saludables; es decir, no son ilegitimas, se interpolan desde sus postes o zancos sin viciar, sin corromper y adulterar el paisaje.

© Dionisio González. Cortesía de Yusto / Giner

Entre estas arquitecturas alzadas se encuentran formas elementales y ejercicios de construcción más complejos, en ocasiones desagraciados, en otras imponentes, su consistencia, sin embargo, es siempre porosa, esponjosa. Si como señala Enric Batlle los jardines domesticaron la naturaleza para el ocio y los parques la introdujeron en las grandes ciudades, la naturaleza se encuentra en esta serie neoruralizada: plantaciones, alineación de carreteras que dividen espacios, que provocan fincas de rentabilidad nula, bosques marginales y elementos industriales que ayudan a estructurar el paisaje. Todos ellos son los espacios de confrontación, del arraigo y el barreteo.

© Dionisio González. Cortesía de Yusto / Giner

El mundo jardín queda forcluido, contenido, su retorno a lo real se manifiesta a la manera de lo inmundo, los pasajes de diferentes vistas no se ordenan de forma jerárquica sino estremecida por materias orgánicas que se han vuelto preciosas por el hecho inconsciente de la confrontación con el sufrimiento. Las arquitecturas desconvocadas y presas de su entorno provocan la nostalgia en el espectador: El deseo por el hogar perdido, lo cual no deja de ser una obrepción: una fabulación construida para fortalecer nuestros linajes, nuestros clanes, nuestra prosapia ya desnaturalizada pero engañosamente elevada.    


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Sobre este autor/a
Cita: Javiera Yávar. "Arte y Arquitectura: arquitectura para la resistencia por Dionisio González" 12 abr 2014. ArchDaily México. Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/02-351622/arte-y-arquitectura-arquitectura-para-la-resistencia-por-dionisio-gonzalez> ISSN 0719-8914

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