
La energía solar es considerada por muchos como el futuro de la electricidad mundial. Ciudades desde Houston a Mumbai están adoptando masivas infraestructuras solares en cubiertas de edificios y zonas rurales, un sistema que en gran medida está estandarizado por paneles fijos posicionados para optimizar la captura del sol en las horas punta. Sólo los paneles más sofisticados son ajustables y siguen al sol, sin embargo, son capaces de absorber la máxima cantidad de luz permitida por la tecnología, lo que significa que el panel del inmueble promedio pierde una cantidad significativa de energía disponible.
Investigadores de la Universidad de Michigan trataron de desarrollar un sistema de energía solar que podría absorber la mayor cantidad de luz posible reduciendo al mismo tiempo la huella de carbono de la producción de los mismos paneles. Los resultados son sorprendentemente hermosos: a través de la aplicación del antiguo arte japonés del Kirigami, una variación de Origami, los investigadores fueron capaces de capturar hasta un 40% más de luz solar que los paneles tradicionales.
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