
Esencialmente, las ventanas son un elemento arquitectónico que se ubica en un vano o hueco. Estos vanos se realizan en los muros en distintas dimensiones con la finalidad de iluminar y ventilar los espacios de manera natural. Con el paso del tiempo, los materiales para su construcción fueron evolucionando de la fabricación en madera, a la fabricación en metal. Durante ese proceso evolutivo, la revolución industrial y el metal tomaron protagonismo, ya que re-definieron la forma de construir en todas las escalas, desde ciudades enteras, hasta elementos arquitectónicos primordiales como las ventanas.
La principal característica de las ventanas de metal está asociada a la simplicidad de su construcción y los grandes claros que se pueden alcanzar. El carácter simple de estos resalta por la ligereza visual que aportan, siendo elementos que enaltecen la relación del edificio con la de su contexto. Esta relación es potenciada por sistemas minimalistas desarrollados por marcas como OTIIMA que integran nuevas tecnologías y tipologías de apertura, como sistemas corredizos y de pivote que re-definen los límites espaciales.